Una tarde de verano de 1853, faltarían al colegio civil decenas de estudiantes, decididos a olvidarse de sus complicados deberes y dedicar esa tarde a la diverción. Iban de un lugar a otro, muy animados por su escape de las aulas.
En su deambular por las calles, se toparon cerca del rió Querétaro a un grupo de gitanos acampando. Entre ellos se encontrava una gitana que se acerco al grupo para ofrecerles adivinarles su suerte. Divertidos, tendieron uno a uno la mano para enterarse de lo que les trairia el futuro. Mas, Simon, uno de los estudiantes, un chico callado y algo penoso, no tendio la mano. Aunque la gitana se acerco a el para pedirsela, trato rapidamente de ocultarla, hasta que ella se la tomo violentamentemientras que Simon trataba de retirarla poniendole cualquier excusa.
Al fin, Simon tendio la mano para no parecer descortes y la gitana contemplo las lineas de su palma. De pronto una exprecion de espanto se dibujo en su rostro y anuncio: "Recuerda, son las seis en punto de la tarde, hoy es el 13 de julio de 1853, dentro de treinta años, no mas, moriras sin remedio."
Por un momento,todos los estudiantes que les rodeaban a ambos, curiosos por ver que ocurria, guardaron silencio, despues uno a uno se soltaron a reir.
Indignada se retiro la gitana, y el grupo siguio recorriendo las calles. Simon les seguia serio recordando lo que le habia dicho la gitana. Comenzo a oscurecer, y poco a poco regreso cada uno a su casa. Pero quedo profundamente grabado aquel suceso en la mente de simon.
Paso el tiempo y Simon obtuvo su licenciatura. Como obsequio recepcional, sus padres le dieron un fino reloj, que tenia sin embargo el pequeño defecto de adelantarse un poco, y aunquele llevo para que fuese arreglado, nada pudo hacerse, y Simon acabo acostumbrandose a tal hecho, llegando siempre con anticipacion a sus citas.
Pronto se caso y tubo algnos hijos que crecieron muy sanos. Se acerco entonces 1883 y la prediccion comenzo a hacerse presente en el. Desde principio de año, Don Simon comenzo a organizar sus asuntos para dejar todo en orden. Su testamento, sus papeles, el negocio.
pronto pasaron los meses y llego julio, mas Don Simon se sentia aun con buena salud. La mañana del dia trece, se levanto para ir al templo mas cercano y confesar todas sus culpas. Por la tarde se encerron en su despacho para que nadie le molestase. Llegaron por fin las seis en punto. Don Simon lo comprobo mirando su fino reloj que marcaba la fatidica ora, pero nada parecia pasar. Se sentia en perfectas condiciones y llego a asumir que entonces aquella prediccion tan solo avia sido un engaño.
Feliz, salio de su despacho a sacar una botella de su mejor vino para brindar con los suyos, quienes no lograban comprender lo que ocurria.
Del viejo reloj publico se desprendieron entonces seis campanadas huecas, y en ese momento Don Simon se desplomo ante su esposa e hijos, quienes despues se propusieron a poner en orden todos los papeles del difunto. Encontraron todo en orden y tambien un pequeño papel que tenia anotado "13 de julio de 1883, a las seis de la tarde". Que nada explicaba, pero mucho dijo a la familia.
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